Hace unos meses Google lanzó su nueva red social llamada Google+ y con ella, el concepto de Círculos (Circles). Recientemente en Facebook se añadió un concepto similar llamado SmartList. La diferencia de los Círculos a los tradicionales Grupos es que no sólo puedes añadir y segmentar a las personas que acceden a tu perfil, sino que puedes ver exclusivamente lo que publican las personas que pertenecen a un determinado Círculo.
El principio básico detrás de los Círculos es que no sólo segmentas a tus amistades por similitudes o categorías, sino que intencionalmente decides ver lo que ese Círculo está publicando. Esto es una importante regla a la hora de establecer relaciones interpersonales.
Uno de los conceptos más malinterpretados (principalmente para los cristianos) al momento de establecer relaciones interpersonales, es que nos sentimos obligados a hacer de todo el mundo nuestro amigo y, más aún, prestar nuestros ojos y oídos a lo que ellos digan. El mismo Jesús, dentro de sus 12 discípulos y de toda la gente que le seguía, tenía sus escogidos a quienes llamó su círculo de confianza. Jesús eligió a setenta para anunciar su reino. Después de orar una noche entera, escogió a los doce. De los doce, tres conformaban el círculo íntimo que tuvo el privilegio de presenciar ciertos eventos como la transfiguración de Jesús; y de estos tres, sólo Juan llegó a ser llamado “el discípulo a quien Jesús amaba”.
Ser selectivo no es una actitud de rechazo o arrogante, sino una decisión que te ayudará a enfocar tu tiempo, esfuerzo y recursos en un grupo de personas que han decidido desarrollar una amistad íntima.
Así que te comparto cinco de mis criterios para identificar si una persona puede formar parte de mi círculo de amistad:
¿Cómo escoges a tus amistades?
El principio básico detrás de los Círculos es que no sólo segmentas a tus amistades por similitudes o categorías, sino que intencionalmente decides ver lo que ese Círculo está publicando. Esto es una importante regla a la hora de establecer relaciones interpersonales.
Uno de los conceptos más malinterpretados (principalmente para los cristianos) al momento de establecer relaciones interpersonales, es que nos sentimos obligados a hacer de todo el mundo nuestro amigo y, más aún, prestar nuestros ojos y oídos a lo que ellos digan. El mismo Jesús, dentro de sus 12 discípulos y de toda la gente que le seguía, tenía sus escogidos a quienes llamó su círculo de confianza. Jesús eligió a setenta para anunciar su reino. Después de orar una noche entera, escogió a los doce. De los doce, tres conformaban el círculo íntimo que tuvo el privilegio de presenciar ciertos eventos como la transfiguración de Jesús; y de estos tres, sólo Juan llegó a ser llamado “el discípulo a quien Jesús amaba”.
Ser selectivo no es una actitud de rechazo o arrogante, sino una decisión que te ayudará a enfocar tu tiempo, esfuerzo y recursos en un grupo de personas que han decidido desarrollar una amistad íntima.
Así que te comparto cinco de mis criterios para identificar si una persona puede formar parte de mi círculo de amistad:
- Mis amigos deben intencionalmente buscar crecer espiritual, profesional e intelectualmente para aportar a la relación. No espero que mis amigos sean escritores, consejeros, empresarios o predicadores, pero mis amistades deben tener la capacidad de nutrir mi vida y no solo absorber de mí. Ellos esperan lo mismo de mí, pues habrá momentos en que yo necesitaré que mis amigos me levanten las manos, como hicieron Aarón y Hur a Moisés (Éxodo 17:12) y viceversa.
- Deben ser personas no dadas al chisme. Una de las cosas que menos tolero es que me cuenten las fallas de otras personas con la intención de juzgar y mancillar su reputación. Si lo hacen con otros lo harán conmigo a mis espaldas.
- Mis amistades deben tener el mismo grado de respeto hacia mi esposa como lo tienen hacia mí. Mi esposa Melissa es una de las personas más talentosas e inteligente con quien he compartido en mi vida. Alguna gente al ver mis talentos pudiera menospreciar la persona que es ella. En ella se cumple ese dicho que dice: “detrás de cada mujer extraordinaria hay alguien que escribe un blog.”
- Si la persona no puede ser amigo(a) de mi esposa, no puede ser mi amigo. Esto lo aplico principalmente al sexo opuesto. Este principio trae paz y estabilidad a mi relación de pareja.
- Aunque no pretendo que mis amistades estén 24 horas conmigo, mis amigos saben que necesitamos pasar tiempo de calidad para desarrollar la amistad. Aún en las amistades es necesario mantener comunicación frecuente para que se desarrollen saludablemente. Cuando no se dedica tiempo, la relación de amistad se va deteriorando.
- Y, por último, mis amigos deben cubrirme y defenderme (incluyendo públicamente si fuera necesario), aún cuando yo no esté presente. Deben tener la suficiente madurez para que cuando me vean decaído o incluso equivocado, hablarme en privado (no a través de Facebook o por email) con palabras de corrección en amor, conocimiento y respeto.
¿Cómo escoges a tus amistades?