En una ocasión una señora muy ajorada llega al área de alimentos de un gran centro comercial del norte de San Juan. Se sienta en una mesa a leer una revista y tomar algunos minutos de descanso antes de regresar a su casa. Coloca a su lado un gran bolso con algunos artículos para comer y para decorar su cocina. Justo al frente de ella llega una niña, de algunos 10 años, y se sienta en la misma mesa. Inmediatamente la señora observa, algo sorprendida, a la niña comer una galleta del paquete de galletas que estaba en la mesa. “¡Que niña atrevida! Se sienta en mi mesa y sin pedir mi autorización se come las galletas que compre”, susurró la señora. Rápidamente ella toma una galleta mientras continua leyendo la revista. A los pocos minutos ve a la niña tomar otra galleta y la señora se molesta y la mira muy mal. La niña con una mirada tierna y con una expresión de deleite le sonríe. La señora toma otra galleta y continua leyendo su revista. Por tercera ocasión la niña toma otra gallet...