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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

La Pequeña Agraciada

Hoy mi esposa Melissa cumple 30 semanas de embarazo. El reloj no detiene su marcha y la emoción sigue en aumento. La expectativa de la llegada de nuestra primera hija es algo indescriptible. Casi puedo sentir una extraña sensación de mariposas en el estomago y mis ojos se enrojecen de solo pensar como serán esos primeros minutos cuando tenga a mi bebe en mis brazos. Quisiera poder decir que estoy totalmente preparado y listo para ese momento, pero no es así. La seguridad que muchas veces demuestro cuando imparto un sermón o participo en una reunión de trabajo se confunde con un total sentimiento de fragilidad. Fragilidad que solo son un reflejo de mi necesidad de dependencia de Dios ante esta nueva etapa. Levantar una nueva generación en un mundo en crisis espiritual, social, económica entre otras muy bien pudiera ser el disuasivo o excusa perfecta para evitar entrar en esta nueva etapa. No niego que lo pensé, pero fue mayor la confianza en la promesa de Dios para mi vida y la de mi fa

La Disciplina de La Soledad

Cuando escuchas la palabra soledad, ¿qué sentimiento surge dentro de Ti? ¿Emoción o alegría? ¿Qué tal placer, disfrute o expectativa? Mmmm. Tal vez no. Para muchos de nosotros, la soledad es nuestra mayor batalla interna. Aunque puede ser que no hablemos a menudo de ella, la misma no esta lejos de nuestros pensamientos. Cada uno de nosotros, a su manera, luchamos constantemente con la soledad de la misma forma que lo haría contra una enfermedad o la pobreza. Llenamos nuestros horarios de actividades sociales, nos mantenemos ocupados al punto del agotamiento y llenamos nuestras mentes de series de TV, de noticias, de música, o de libros. Tal vez no es lo más que queremos pero ¿acaso no es la mejor opción? Tendemos a asociar etapas de la soledad con aislamiento, rechazo, desesperación o vacío. Entonces no es de sorprender cuando Jesús nos pide que pasemos un tiempo a solas con Él y nosotros resistimos su llamado. Sin embargo, cuando recibimos su respuesta, descubrimos que la soledad con