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Mostrando las entradas con la etiqueta jovenes

¿Cómo encontrar el balance físico, mental y espiritual?

Hace aproximadamente tres años decidí hacer un cambio radical en mi vida. Si bien es cierto que había ignorado o me había acostumbrado al sobrepeso, las veces que había intentado rebajar nunca habían sido con la determinación o dedicación que comenzó ese 1 de marzo de 2008. ¿Para que bajar de peso si me veo bien o por lo menos mi esposa me acepta tal y como soy? Mis razones para bajar de peso fueron más un llamado a mejorar mi salud, aunque debe confesar de que verme sobrepeso no era lo mejor. No, no es asunto de vanidad, sino de cuidado, disciplina y consistencia. Mis hábitos alimenticios era un desastre. No me gustaba el desayuno y por el estrés del trabajo a veces mi primera comida era a mitad de la tarde. A esa hora trataba de unir lo que no había desayunado con el almuerzo. De más esta decir que la segunda comida era muy tarde en la noche, casi al momento de irme a dormir. El resto es historia. Había intentado múltiples dietas pero lo más difícil fue mantener esa di

La Disciplina de La Soledad

Cuando escuchas la palabra soledad, ¿qué sentimiento surge dentro de Ti? ¿Emoción o alegría? ¿Qué tal placer, disfrute o expectativa? Mmmm. Tal vez no. Para muchos de nosotros, la soledad es nuestra mayor batalla interna. Aunque puede ser que no hablemos a menudo de ella, la misma no esta lejos de nuestros pensamientos. Cada uno de nosotros, a su manera, luchamos constantemente con la soledad de la misma forma que lo haría contra una enfermedad o la pobreza. Llenamos nuestros horarios de actividades sociales, nos mantenemos ocupados al punto del agotamiento y llenamos nuestras mentes de series de TV, de noticias, de música, o de libros. Tal vez no es lo más que queremos pero ¿acaso no es la mejor opción? Tendemos a asociar etapas de la soledad con aislamiento, rechazo, desesperación o vacío. Entonces no es de sorprender cuando Jesús nos pide que pasemos un tiempo a solas con Él y nosotros resistimos su llamado. Sin embargo, cuando recibimos su respuesta, descubrimos que la soledad con