Hace unos días el Equipo Nacional de Baloncesto de Puerto Rico perdió un intenso y dramático partido ante el Equipo Nacional de Baloncesto de Argentina por el pase directo a las Olimpiadas 2012 en Londres. Luego del juego no faltaron los comentarios de algunos que decían que siempre nos pasa lo mismo. “Por poco” llegamos a las Olimpiadas y se justificaba el argumento recordando diferentes eventos donde el representante de nuestro país no lograba obtener la posición #1 pero, “por poco”, lo logramos.
Tal vez en diferentes ocasiones en tu vida has acariciado una oportunidad, pero en el último momento se te va de las manos. Un “por poco”. Quizás una oportunidad de empleo que luego de tres entrevistas te llenó de ilusión pensando que la posición era tuya, pero al final la compañía se decidió por otra persona. Otro “por poco”. O que tal aquella chica o chico por quien haz estado orando, ayunando, leyendo libros de cómo conquistar, haciendo ejercicios para verte mejor y al final, tu potencial pareja se decide por alguien que no oró ni ayunó, no lee buenos libros y ni sabe lo que es hacer ejercicios. Creo que el “por poco” es el grito de frustración o, más aun, el camino hacia la resignación que nos pregunta: ¿por qué seguir intentando?
Mi jugador favorito de baloncesto, Michael Jordan, dijo en una ocasión: "He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. Veintiséis veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fallado una y otra, y otra vez en mi vida. Y es por eso que he tenido éxito."
El “por poco” tiene dos caminos: el fácil y el de los pocos. El camino fácil es el camino de la frustración, el coraje y la tristeza prolongada que si no logramos vencer nos nubla la vista para seguir intentando. Basta con escuchar las noticias o los comentarios de la gente para darte la idea de cómo correr en ese camino.
El otro camino es el de los pocos. Es la ruta en donde ves el “por poco” como un escalón y no como el final del camino. Es donde, sin perder tiempo, botas el golpe, analizas las fallas que cometiste y vuelves a intentarlo. Es el camino en donde siempre entenderás que aún las victorias son escalones hacia un destino mayor y no el final de la carrera.
“Nunca te arrepentirás de lo que intentastes y fallastes, sino de lo que no hicistes y ni siquiera intentastes”. Samuel ClavellPregunta:
¿Qué decisión en tu vida debes tomar para moverte de un “por poco” a un triunfo?