En una ocasión una señora muy ajorada llega al área de alimentos de un gran centro comercial del norte de San Juan. Se sienta en una mesa a leer una revista y tomar algunos minutos de descanso antes de regresar a su casa. Coloca a su lado un gran bolso con algunos artículos para comer y para decorar su cocina. Justo al frente de ella llega una niña, de algunos 10 años, y se sienta en la misma mesa. Inmediatamente la señora observa, algo sorprendida, a la niña comer una galleta del paquete de galletas que estaba en la mesa. “¡Que niña atrevida! Se sienta en mi mesa y sin pedir mi autorización se come las galletas que compre”, susurró la señora. Rápidamente ella toma una galleta mientras continua leyendo la revista. A los pocos minutos ve a la niña tomar otra galleta y la señora se molesta y la mira muy mal. La niña con una mirada tierna y con una expresión de deleite le sonríe. La señora toma otra galleta y continua leyendo su revista. Por tercera ocasión la niña toma otra galleta pero en esta ocasión la señora totalmente indignada se dijo a sí misma: “...pero quien se cree esta niña y donde estará su madre que no la regaña y le enseña buenos modales”. La señora se levantó y se va a su casa murmurando y con mucho coraje.
Al llegar a su hogar la señora comenzó a acomodar los artículos de alimento en la lacena pero en un momento su rostro se transformó. Se sentía confundida ante lo que acaba de observar. Mil pensamientos pasaron por su mente y una sensación de dolor e impotencia la inundo. El paquete de galletas que la señora había comprado estaba intacto en su bolso. Las galletas que habían comido ella y la niña eran las galletas que la niña había decido voluntariamente compartir con la señora. ¡Las galletas eran un regalo de amor!
A veces damos por sentado que las bendiciones y regalos que recibimos son por nuestro esfuerzo o por quienes somos y no como resultado de la gracia y misericordia de Dios. El amor de Dios es tan infinito que aun sin merecerlo Él optó por amarnos y hacernos sus hijos. ¡Ese es el mayor regalo!
¿Qué harías si estuvieras viviendo los últimos 30 días de tu vida? Hoy es el día 22 del conteo regresivo: día de agradecerle a Dios su amor infinito.
Pregunta: ¿Separas de tu cargada agenda unos minutos para agradecerle a Dios las bendiciones para tu vida? ¿Eres agradecido con otras personas por los regalos, consejos y palabras de aliento que comparten contigo? Escribe tu comentario oprimiendo el siguiente enlace.

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