Puerto Rico se encuentra a solo a 18 días de las Elecciones Generales para escoger la persona que gobernará nuestra tierra por los próximos 4 años. El arte de gobernar trata sobre liderazgo, visión, ser de influencia a otros, es guiar los destinos de personas, de una ciudad y de un pueblo.
Quiero compartir contigo algunos principios de la Palabra de Dios (La Biblia) que deben servir de guía a nuestro próximo Gobernador.
Brevemente haré referencia a la historia narrada en Daniel 4:4-37. Aproximadamente en el año 580 adC, El rey Nabucodonosor reinaba en Babilonia. El reinado de Nabucodonosor era muy próspero y su dominio se extendía por toda la región. El rey Nabucodonosor fue conocido entre otras cosas por su monumental actividad constructora y por la conquista Jerusalén.
Sin embargo hay un evento en particular que marca el destino de este rey. Nabucodonosor tiene un sueño donde ve un árbol de altura impresionante, plantado en medio de la tierra. El árbol creció y se hizo fuerte, y su copa tocaba el cielo, ¡hasta podía verse desde cualquier punto de la tierra! Tenía un hermoso follaje y abundantes frutos; ¡todo el mundo hallaba en él su alimento! Hasta las bestias salvajes venían a refugiarse bajo su sombra, y en sus ramas anidaban las aves del cielo. ¡Ese árbol alimentaba a todos los animales! En la visión un mensajero descendía del cielo y a voz en cuello gritaba: "¡Derriba el árbol y córtale las ramas; arráncale las hojas y esparce los frutos! ¡Haz que las bestias huyan de su sombra, y que las aves abandonen sus nidos! Pero deja enterrados el tocón y las raíces; sujétalos con hierro y bronce entre la hierba del campo. Deja que se empape con el rocío del cielo, y que habite con los animales y entre las plantas de la tierra. Deja que su mente humana se trastorne y se vuelva como la de un animal, hasta que hayan transcurrido siete años. Los santos mensajeros han anunciado la decisión, es decir, el veredicto, para que todos los vivientes reconozcan que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.”
Es entonces que Daniel con firmeza interpreta el sueño del rey: “…Usted será apartado de la gente y habitará con los animales salvajes; comerá pasto como el ganado, y se empapará con el rocío del cielo. Siete años pasarán hasta que Su Majestad reconozca que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere. La orden de dejar el tocón y las raíces del árbol quiere decir que Su Majestad recibirá nuevamente el reino, cuando haya reconocido que el verdadero reino es el del cielo.” (Daniel 4:20-27).
Wao!!! Que palabra tan fuerte y directa ante un rey que permitió que la soberbia y el orgullo corrompieran su corazón y más aun se negaba a aceptar la grandeza del Dios Altísimo.
Es aquí que veo dos principios fundamentales:
1) Dios es Soberano
Aunque ante nuestra vista pudiera parecer que nos toca a nosotros, con el voto, elegir a los hombres y mujeres que gobernaran a nuestro país, lo cierto es que Dios tiene la última palabra sobre quienes serán elegidos.
“…el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.”
Daniel 4:17
2) El líder tiene una posición temporera y es responsable ante Dios
El líder tiene una posición temporera porque Dios le puede quitar la posición de liderazgo cuando Él desee y es responsable porque fue Dios quien lo ubica en esa posición de poder.
Ser líder, jefe de agencia o gobernador es un privilegio de parte de Dios y las funciones que se realicen dentro de esa posición deben ser ejecutadas con humildad, con un amplio sentido de justicia y con un espíritu bondadoso con los oprimidos (Daniel 4:27).
Cada líder deberá rendir cuentas no solo ante los hombre sino ante Dios por cada uno de sus actos.
Finalmente si tuviera la oportunidad de enviarle una carta al próximo Gobernador de Puerto Rico leería algo así:
Estimado señor Gobernador,
Mientras es cierto que usted se debe al pueblo, nosotros los puertorriqueños, no es menos cierto que no somos la última autoridad a quien usted se hace responsable.
Mientras es cierto que usted debe responder a la Legislatura no es menos cierto que algún día deberá responder a alguien aún Mayor.
Mientras usted consulta con sus asesores y líderes de otros países no se olvide de consultar al Creador de este mundo.
Como el rey Nabucodonosor una vez dijo: “Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres”.
Recuerde siempre que su liderato, al igual que todos los que ejercen alguna función de líder en nuestro país, tienen una misión delegada por Dios. Esta es temporera. Y usted deberá rendir cuentas de sus actos.
Sinceramente,
Un atento joven puertorriqueño
Quiero compartir contigo algunos principios de la Palabra de Dios (La Biblia) que deben servir de guía a nuestro próximo Gobernador.
Brevemente haré referencia a la historia narrada en Daniel 4:4-37. Aproximadamente en el año 580 adC, El rey Nabucodonosor reinaba en Babilonia. El reinado de Nabucodonosor era muy próspero y su dominio se extendía por toda la región. El rey Nabucodonosor fue conocido entre otras cosas por su monumental actividad constructora y por la conquista Jerusalén.
Sin embargo hay un evento en particular que marca el destino de este rey. Nabucodonosor tiene un sueño donde ve un árbol de altura impresionante, plantado en medio de la tierra. El árbol creció y se hizo fuerte, y su copa tocaba el cielo, ¡hasta podía verse desde cualquier punto de la tierra! Tenía un hermoso follaje y abundantes frutos; ¡todo el mundo hallaba en él su alimento! Hasta las bestias salvajes venían a refugiarse bajo su sombra, y en sus ramas anidaban las aves del cielo. ¡Ese árbol alimentaba a todos los animales! En la visión un mensajero descendía del cielo y a voz en cuello gritaba: "¡Derriba el árbol y córtale las ramas; arráncale las hojas y esparce los frutos! ¡Haz que las bestias huyan de su sombra, y que las aves abandonen sus nidos! Pero deja enterrados el tocón y las raíces; sujétalos con hierro y bronce entre la hierba del campo. Deja que se empape con el rocío del cielo, y que habite con los animales y entre las plantas de la tierra. Deja que su mente humana se trastorne y se vuelva como la de un animal, hasta que hayan transcurrido siete años. Los santos mensajeros han anunciado la decisión, es decir, el veredicto, para que todos los vivientes reconozcan que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.”
Es entonces que Daniel con firmeza interpreta el sueño del rey: “…Usted será apartado de la gente y habitará con los animales salvajes; comerá pasto como el ganado, y se empapará con el rocío del cielo. Siete años pasarán hasta que Su Majestad reconozca que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere. La orden de dejar el tocón y las raíces del árbol quiere decir que Su Majestad recibirá nuevamente el reino, cuando haya reconocido que el verdadero reino es el del cielo.” (Daniel 4:20-27).
Wao!!! Que palabra tan fuerte y directa ante un rey que permitió que la soberbia y el orgullo corrompieran su corazón y más aun se negaba a aceptar la grandeza del Dios Altísimo.
Es aquí que veo dos principios fundamentales:
1) Dios es Soberano
Aunque ante nuestra vista pudiera parecer que nos toca a nosotros, con el voto, elegir a los hombres y mujeres que gobernaran a nuestro país, lo cierto es que Dios tiene la última palabra sobre quienes serán elegidos.
“…el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.”
Daniel 4:17
2) El líder tiene una posición temporera y es responsable ante Dios
El líder tiene una posición temporera porque Dios le puede quitar la posición de liderazgo cuando Él desee y es responsable porque fue Dios quien lo ubica en esa posición de poder.
Ser líder, jefe de agencia o gobernador es un privilegio de parte de Dios y las funciones que se realicen dentro de esa posición deben ser ejecutadas con humildad, con un amplio sentido de justicia y con un espíritu bondadoso con los oprimidos (Daniel 4:27).
Cada líder deberá rendir cuentas no solo ante los hombre sino ante Dios por cada uno de sus actos.
Finalmente si tuviera la oportunidad de enviarle una carta al próximo Gobernador de Puerto Rico leería algo así:
Estimado señor Gobernador,
Mientras es cierto que usted se debe al pueblo, nosotros los puertorriqueños, no es menos cierto que no somos la última autoridad a quien usted se hace responsable.
Mientras es cierto que usted debe responder a la Legislatura no es menos cierto que algún día deberá responder a alguien aún Mayor.
Mientras usted consulta con sus asesores y líderes de otros países no se olvide de consultar al Creador de este mundo.
Como el rey Nabucodonosor una vez dijo: “Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres”.
Recuerde siempre que su liderato, al igual que todos los que ejercen alguna función de líder en nuestro país, tienen una misión delegada por Dios. Esta es temporera. Y usted deberá rendir cuentas de sus actos.
Sinceramente,
Un atento joven puertorriqueño