Hoy quiero compartir uno de los peores versos en la Biblia:
«Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.» Jeremías 29:11
Si llevas más de dos semanas visitando una iglesia o estás familiarizado con la Biblia, tal vez estás pensando que estoy loco o que soy un hereje. Para muchas personas este verso es clave en la vida de todo cristiano. Este es el verso con el que muchos cristianos claman a Dios para que se vuelva a ellos y cambie sus condiciones actuales. Es la promesa que reclamamos cuando estamos preocupados por nuestro futuro. Esta es, probablemente, la promesa de Dios más popular de la Biblia.
Pero no es la promesa lo que está mal en este verso. Es nuestra respuesta a la afirmación de esta promesa. Antes de Jeremías 29:11, Jeremías 29:10 dice: Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.»
Dios tiene planes para Israel; planes de prosperidad, esperanza y un mejor futuro. Pero antes vienen setenta años de exilio en una tierra extraña esperando que la promesa se cumpla. Setenta años de pobreza preceden 70 años de prosperidad. Setenta años de dolor y peligro preceden los planes de alivio. Setenta años de desolación y desamparo preceden los planes de un futuro esperanzador.
La realidad es que no nos gusta hablar de esto cuando citamos Jeremías 29:11. Creo firmemente que, sí, Dios tiene planes para nosotros. Esto es una increíble promesa que debemos reclamar. Una promesa que es cierta, mucho más allá de un sueño. Pero es una promesa que no siempre se cumple en un futuro inmediato. Algunas veces toma tiempo y, usualmente, toma más tiempo del que queremos esperar.
Lo que hace a Jeremías 29:11 uno de los peores versos en la Biblia no tiene nada que ver con el verso en sí mismo. El problema es la imposición de nuestras exigencias de tiempo. Nosotros esperamos que al declarar este verso se calme el caos y que Dios revele nuestro futuro instantáneamente.
Sin embargo, este no es el propósito. Este verso nos da la oportunidad de aferrarnos a Dios en medio del caos, en medio de un futuro incierto y en medio de circunstancias que gritan lo opuesto a lo que Dios esta diciendo para nosotros. Este verso nos recuerda que, no importa lo que esté sucediendo en la actualidad, Él espera que le creamos y que Dios no se ha olvidado de nosotros. Nosotros continuamos siendo su pueblo y Él continua siendo nuestro Dios. Y mientras tanto, puede ser que tengas que esperar en un lugar que no quieras, pero recuerda que Él todavía tiene planes contigo.
Entonces podemos abrazar la promesa de Jeremías 29:11 y disfrutar de uno de los más esperanzadores versos de la Biblia.
«Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.» Jeremías 29:11
Si llevas más de dos semanas visitando una iglesia o estás familiarizado con la Biblia, tal vez estás pensando que estoy loco o que soy un hereje. Para muchas personas este verso es clave en la vida de todo cristiano. Este es el verso con el que muchos cristianos claman a Dios para que se vuelva a ellos y cambie sus condiciones actuales. Es la promesa que reclamamos cuando estamos preocupados por nuestro futuro. Esta es, probablemente, la promesa de Dios más popular de la Biblia.
Pero no es la promesa lo que está mal en este verso. Es nuestra respuesta a la afirmación de esta promesa. Antes de Jeremías 29:11, Jeremías 29:10 dice: Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.»
Dios tiene planes para Israel; planes de prosperidad, esperanza y un mejor futuro. Pero antes vienen setenta años de exilio en una tierra extraña esperando que la promesa se cumpla. Setenta años de pobreza preceden 70 años de prosperidad. Setenta años de dolor y peligro preceden los planes de alivio. Setenta años de desolación y desamparo preceden los planes de un futuro esperanzador.
La realidad es que no nos gusta hablar de esto cuando citamos Jeremías 29:11. Creo firmemente que, sí, Dios tiene planes para nosotros. Esto es una increíble promesa que debemos reclamar. Una promesa que es cierta, mucho más allá de un sueño. Pero es una promesa que no siempre se cumple en un futuro inmediato. Algunas veces toma tiempo y, usualmente, toma más tiempo del que queremos esperar.
Lo que hace a Jeremías 29:11 uno de los peores versos en la Biblia no tiene nada que ver con el verso en sí mismo. El problema es la imposición de nuestras exigencias de tiempo. Nosotros esperamos que al declarar este verso se calme el caos y que Dios revele nuestro futuro instantáneamente.
Sin embargo, este no es el propósito. Este verso nos da la oportunidad de aferrarnos a Dios en medio del caos, en medio de un futuro incierto y en medio de circunstancias que gritan lo opuesto a lo que Dios esta diciendo para nosotros. Este verso nos recuerda que, no importa lo que esté sucediendo en la actualidad, Él espera que le creamos y que Dios no se ha olvidado de nosotros. Nosotros continuamos siendo su pueblo y Él continua siendo nuestro Dios. Y mientras tanto, puede ser que tengas que esperar en un lugar que no quieras, pero recuerda que Él todavía tiene planes contigo.
Entonces podemos abrazar la promesa de Jeremías 29:11 y disfrutar de uno de los más esperanzadores versos de la Biblia.