El famoso entrenador de Secretariat, Lucien Laurin, era un apasionado de los caballos y los entrenaba para victorias en las carreras. Pero, a pesar de su fama, guardaba en su cartera recortes de periódico de cada una de los fracasos que sus caballos habían sufrido en la pista. Durante su entrenamiento a Secretariat, mantuvo literalmente consigo sus recuerdos dolorosos, recordándole que cada caballo que intentaba la Triple Corona, desfallecía espantosamente en su última carrera. Su historia cambió cuando quemó todos los pedacitos de periódico que gritaban su fracaso.
Al igual que este entrenador, la Biblia narra en 1 Samuel 17:54 un secreto de victoria que pocas veces notamos. Luego que David derrotó a Goliat, guardó en su tienda las armas de guerra de Goliat. La espada de Goliat, la lanza y el escudo eran lo suficiente mente grandes como para estar en un lugar visible. Estoy seguro que cada vez que David enfrentaba temor, la espada, la lanza y el escudo de Goliat le recordaban su aplastante victoria, dándole la fuerza necesaria para retomar la esperanza y enfrentar el nuevo reto.
Cuando te enfocas en las señales de las derrotas del pasado, tu futuro radiante parece cada vez más inalcanzable.
¿Que señales física o emocionales guardas? ¿Señales de fracasos o de victoria?
Al igual que este entrenador, la Biblia narra en 1 Samuel 17:54 un secreto de victoria que pocas veces notamos. Luego que David derrotó a Goliat, guardó en su tienda las armas de guerra de Goliat. La espada de Goliat, la lanza y el escudo eran lo suficiente mente grandes como para estar en un lugar visible. Estoy seguro que cada vez que David enfrentaba temor, la espada, la lanza y el escudo de Goliat le recordaban su aplastante victoria, dándole la fuerza necesaria para retomar la esperanza y enfrentar el nuevo reto.
Cuando te enfocas en las señales de las derrotas del pasado, tu futuro radiante parece cada vez más inalcanzable.
¿Que señales física o emocionales guardas? ¿Señales de fracasos o de victoria?