Ayer debió ser el último día del conteo regresivo, pero aún me quedan nueve artículos para terminar esta serie. Continuaré hasta llegar al día 0.
En uno de varios mensajes que disfruté de Viernes Santo, el predicador reflexionaba sobre cómo Jesús nos vería si estuviéramos tú y yo a los pies de la cruz. Fue una increíble invitación a ver las circunstancias y los momentos difíciles a través de sus ojos; un llamado a permanecer firmes, con nuestra fe puesta en Él que cuida de nosotros.
Me emociona pensar que aún en mis luchas e imperfecciones puedo ir al pie de la cruz y encontrar respuestas. Es fácil frustrarse o llenarse de ansiedad porque estamos acostumbrados a un mundo de respuestas rápidas. Queremos que las respuestas de Dios sean tan rápidas como hacer una búsqueda en Google. Aunque Él pudiera darnos respuestas más rápidas que cualquier sistema de búsquedas, debemos recordar que las respuestas de Dios vienen empacadas en experiencias de la vida.
¿Cómo buscamos respuestas al pie de la cruz? Subir a la cruz no es un camino libre de obstáculos. Incluso no hay atajos para subir a la cruz. El camino es pedregoso, lleno de escollos, donde hay soldados que nos harán difícil llegar a nuestro destino y cada paso que demos, el sudor y el dolor nos recordarán nuestro pasado y nuestras imperfecciones. Escucharemos muchos “no puedes subir”, “no vale la pena”, “si subes te crucificaremos como ese hombre que esta ahí colgado”. Pero quiero vencer todo obstáculo, postrarme ante el Caballero de la Cruz y preguntarle: ¿Señor, el camino por el que estoy caminando es conforme a tu voluntad? No quisiera perder un minuto lejos de tu propósito. ¿Por qué me escogiste a mí? Lucho diariamente con dudas y temores, pero anhelo verte cara a cara y disfrutar de esa mirada que me dice “no temas, yo cuido de ti”. Una mirada dice más que mil palabras.
Creo firmemente que no habrá respuestas que estén atadas a nuestro destino si no vamos a buscarlas al lugar más indicado: al pie de la cruz.
¿Qué harías si estuvieras viviendo los últimos 30 días de tu vida? Hoy es el día 9 del conteo regresivo: el día de postrarme al pie de la cruz.
Les dejo con un extracto de la canción en jazz, Cara a Cara por Abdiel Flores.
En uno de varios mensajes que disfruté de Viernes Santo, el predicador reflexionaba sobre cómo Jesús nos vería si estuviéramos tú y yo a los pies de la cruz. Fue una increíble invitación a ver las circunstancias y los momentos difíciles a través de sus ojos; un llamado a permanecer firmes, con nuestra fe puesta en Él que cuida de nosotros.

¿Cómo buscamos respuestas al pie de la cruz? Subir a la cruz no es un camino libre de obstáculos. Incluso no hay atajos para subir a la cruz. El camino es pedregoso, lleno de escollos, donde hay soldados que nos harán difícil llegar a nuestro destino y cada paso que demos, el sudor y el dolor nos recordarán nuestro pasado y nuestras imperfecciones. Escucharemos muchos “no puedes subir”, “no vale la pena”, “si subes te crucificaremos como ese hombre que esta ahí colgado”. Pero quiero vencer todo obstáculo, postrarme ante el Caballero de la Cruz y preguntarle: ¿Señor, el camino por el que estoy caminando es conforme a tu voluntad? No quisiera perder un minuto lejos de tu propósito. ¿Por qué me escogiste a mí? Lucho diariamente con dudas y temores, pero anhelo verte cara a cara y disfrutar de esa mirada que me dice “no temas, yo cuido de ti”. Una mirada dice más que mil palabras.
Creo firmemente que no habrá respuestas que estén atadas a nuestro destino si no vamos a buscarlas al lugar más indicado: al pie de la cruz.
¿Qué harías si estuvieras viviendo los últimos 30 días de tu vida? Hoy es el día 9 del conteo regresivo: el día de postrarme al pie de la cruz.
Les dejo con un extracto de la canción en jazz, Cara a Cara por Abdiel Flores.