Aunque comencé desde el pasado 22 de marzo a escribir sobre qué harías si estuvieras viviendo los últimos 30 días de tu vida, hoy, mientras veía la película Source Code, me llamó la atención la expresión ¿qué harías si supieras que sólo te quedan 8 minutos de vida?
¿A quién llamarías para pedirle perdón? ¿Cuál sería la última expresión que quisieras ver en el rostro de las personas que amas?
Estas preguntas me motivan a vivir cada minuto con la pasión de que he hecho lo correcto por establecer relaciones fuertes con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros de trabajo e incluso con mis hermanos en la fe. Quiero vivir cada día con la energía y pasión que me inspire a mí mismo y a otros a desarrollar nuestro máximo potencial. Quiero reconocer que la vida es muy corta para desperdiciarla en asuntos triviales y que no tienen un propósito atado a mi destino. Quiero vivir con la urgencia de que mañana será tarde para dejar una huella en el corazón de mi familia y amigos.
Vivir con pasión requiere enfoque y disciplina. Fallar en estos dos elementos retrasa nuestros sueños y el destino que Dios ha trazado para nosotros. Dios nos tiene grandes promesas, pero estas no llegarán si no ponemos acción. Podemos visualizarlo e incluso declararlo hasta que nos pongamos violeta de tanto decirlo, pero sólo la acción + el sentido de urgencia + trabajar enfocado en el plan de vida que conocemos, nos llevará a lograr los resultados esperados en la vida.
¡Es momento de vivir intencionalmente!
¿A quién llamarías para pedirle perdón? ¿Cuál sería la última expresión que quisieras ver en el rostro de las personas que amas?
Estas preguntas me motivan a vivir cada minuto con la pasión de que he hecho lo correcto por establecer relaciones fuertes con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros de trabajo e incluso con mis hermanos en la fe. Quiero vivir cada día con la energía y pasión que me inspire a mí mismo y a otros a desarrollar nuestro máximo potencial. Quiero reconocer que la vida es muy corta para desperdiciarla en asuntos triviales y que no tienen un propósito atado a mi destino. Quiero vivir con la urgencia de que mañana será tarde para dejar una huella en el corazón de mi familia y amigos.Vivir con pasión requiere enfoque y disciplina. Fallar en estos dos elementos retrasa nuestros sueños y el destino que Dios ha trazado para nosotros. Dios nos tiene grandes promesas, pero estas no llegarán si no ponemos acción. Podemos visualizarlo e incluso declararlo hasta que nos pongamos violeta de tanto decirlo, pero sólo la acción + el sentido de urgencia + trabajar enfocado en el plan de vida que conocemos, nos llevará a lograr los resultados esperados en la vida.
¡Es momento de vivir intencionalmente!