¿Qué sientes cuando se acercan esos días que tanto has esperado? Pudiera ser el día de decirle a tus padres que te casas, el día de llegar al altar en la tan anhelada boda, tu viaje para disfrutar de ese lugar que siempre has soñado vacacionar o, tal vez, esa presentación de negocios que te abrirá puertas increíbles en tu carrera profesional. En fin, vivimos ciertos momentos que son de mucha expectativa, pero a la misma vez producen una relación extraña entre la emoción y la tensión, entre la satisfacción y la duda, entre la paz y la ansiedad. Llamo este momento el punto de no retorno o como se dice en inglés: “point of no return”
Cuenta la Biblia la historia de un hombre llamado Benaías (2 Samuel 23:20). Este hombre era uno de los valientes de David y llegó a convertirse en un alto oficial de los ejércitos de David y de Salomón. Incluso David lo puso al mando de su guardia personal. Pero quiero tomarme el atrevimiento de narrar lo que ocurrió en uno de esos momentos decisivos en la vida de Benaías. En cierta ocasión Benaías se encontraba caminando por el bosque un día en que nevaba cuando, sin percatarse, tropieza con una roca y rueda por un precipicio hasta caer en una profunda fosa. La bruma no permitía ver con claridad el lugar frío y solitario en que se encontraba. Benaías grita: “¡Auxilio, ayúdenme!” con la esperanza de que alguno de sus compañeros del ejército escuchara sus gritos. Nadie lo escuchó. Sin embargo, a sus espaldas comienza a sentir unos lentos pasos y una respiración profunda. Benaías no estaba solo. Esa respiración y esos pasos que escuchaba no eran precisamente la ayuda que estaba esperando. Al voltearse Benaías se coloca en posición de ataque. Su mirada se cruza con lo que era su nuevo enemigo: un león. Huir no era una opción. Posponer el momento tan poco era la alternativa. Benaías debía enfrentar su mayor reto: luchar por su vida. Son esos momentos en que los segundos parecen días y los minutos años. Es el punto de no retorno. Esta historia que es digna de una escena de acción de Hollywood termina con Benaías matando al león luego de una intensa batalla. Benaías sobrevivió a un momento decisivo.
Entonces, ¿cómo nosotros sobrevivimos a esos momentos decisivos?
Te comparto tres pasos que pudieran guiarte en el punto de no retorno:
Pregunta: ¿Qué estrategias utilizas para guiarte en los momentos decisivos o de alta tensión en tu vida? ¿Cómo manejas la incertidumbre? Escribe tu comentario oprimiendo el siguiente enlace.

Entonces, ¿cómo nosotros sobrevivimos a esos momentos decisivos?
Te comparto tres pasos que pudieran guiarte en el punto de no retorno:
- Comienza a desaprender tus miedos e inseguridades. A veces tenemos la expectativa de que en los momentos duros contaremos con personas que nos ayudaran en la lucha. No siempre es así. Solo tu confianza en Dios y el desarrollar una autoestima saludable te ayudarán a hacer frente a los desafíos de la vida.
- No temas a la incertidumbre aprende a tomar riesgos calculados.
- Aprovecha las oportunidades. Las más grandes batallas en tu vida transformarán tu carácter y te guiarán a nuevos niveles.
Pregunta: ¿Qué estrategias utilizas para guiarte en los momentos decisivos o de alta tensión en tu vida? ¿Cómo manejas la incertidumbre? Escribe tu comentario oprimiendo el siguiente enlace.