Todavía recuerdo mi reacción, el lugar y el momento exacto cuando escuché las primeras noticias ese martes, 11 de septiembre de 2001. Más aún, ver las imágenes de las torres caer parecía más una película de ciencia ficción que un recuento de una triste realidad. La confusión y la impotencia al ver esas terribles imágenes en la televisión fueron grabadas como recuerdos que creo que nunca serán borrados.
Por otro lado, hace algunos minutos el presidente de los Estados Unidos acaba de anunciar la muerte de Osama Bin Laden (enlace). Este es uno de esos momentos que uno no sabe si alegrarse porque se cierra un capítulo en la búsqueda de un hombre que planificó uno de los ataques más crueles de la historia moderna o entristecerse por ver un pueblo celebrar la muerte de un hombre.
Dice la Biblia en Proverbios 24:1: “No te alegres cuando tus enemigos caigan; no te pongas contento cuando tropiecen”. Sé que al leer este verso en nuestro interior pudiera ocurrir algún sentimiento de culpa porque con toda probabilidad, pudiéramos estar experimentando algún tipo de regocijo o, tal vez, de alivio al conocer que se ha cumplido la meta de exterminar a la persona que planificó los ataques del 11 de septiembre de 2001.
¿Es prudente celebrar la muerte de mis enemigos? Recuerda que, como cristianos, la única muerte que debemos celebrar es la muerte de nuestro Señor Jesucristo que murió por toda la humanidad y resucitó al tercer día para tener oportunidad de salvación.
Por otro lado, hace algunos minutos el presidente de los Estados Unidos acaba de anunciar la muerte de Osama Bin Laden (enlace). Este es uno de esos momentos que uno no sabe si alegrarse porque se cierra un capítulo en la búsqueda de un hombre que planificó uno de los ataques más crueles de la historia moderna o entristecerse por ver un pueblo celebrar la muerte de un hombre.
Dice la Biblia en Proverbios 24:1: “No te alegres cuando tus enemigos caigan; no te pongas contento cuando tropiecen”. Sé que al leer este verso en nuestro interior pudiera ocurrir algún sentimiento de culpa porque con toda probabilidad, pudiéramos estar experimentando algún tipo de regocijo o, tal vez, de alivio al conocer que se ha cumplido la meta de exterminar a la persona que planificó los ataques del 11 de septiembre de 2001.
¿Es prudente celebrar la muerte de mis enemigos? Recuerda que, como cristianos, la única muerte que debemos celebrar es la muerte de nuestro Señor Jesucristo que murió por toda la humanidad y resucitó al tercer día para tener oportunidad de salvación.
Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Sólo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. Ezequiel 33:11No es momento de celebrar, es momento de clamar a Dios para que derrame su misericordia y traiga paz sobre este mundo. ¿Qué ganamos con celebrar la muerte de este hombre? La muerte de Bin Laden no traerá paz al corazón de las familias afectadas. Sólo el poder restaurador de Dios producirá sanidad en estos corazones y eso sí es motivo de celebración. Nos toca a nosotros ser portadores de ese amor hacia aquellos que un están inmersos en el dolor. ¡Es vivir lo que hemos creído!